Es un proceso que satisface y soluciona las necesidades de financiamiento de las PYMES y situaciones de estrés financiero que estén viviendo este tipo de empresas, especialmente en un entorno de crisis como el que estamos viviendo a consecuencia de la pandemia generada por el COVID-19, además, contribuye a fortalecer, tanto las estructuras organizacionales y corporativas de dicho tipo de empresas como su perfil estratégico, así mismo, ayuda identificar áreas de oportunidad para que puedan capitalizar eficiencias en costos y gastos.
Es un proceso que incrementa el atractivo de las PYMES frente a fuentes de financiamiento, tanto tradicionales (bancos, arrendadoras y factorajes financieros) como no tradicionales (fondos de capital privado y mercado de valores), además de poder generar las opciones necesarias para la desinversión o “salida”, en el caso de las empresas familiares, de aquellos miembros de la familia que en su momento requieran retirarse de la empresa.