Es un proceso que incrementa el atractivo de las PYMES frente a fuentes de financiamiento, tanto tradicionales (bancos, arrendadoras y factorajes financieros) como no tradicionales (fondos de capital privado y mercado de valores), además de poder general las opciones necesarias para la desinversión o “salida”, en el caso de las empresas familiares, de aquellos miembros de la familia que en su momento requieran retirarse de la empresa.